Páginas

jueves, 27 de septiembre de 2012

En una galaxia muy, muy lejana...

Un fan de Star Wars cumplía años y sus amigos, muy pero que muy buenos amigos, me pidieron que le hiciera una tarta. Su personaje favorito es Watto, una criatura alada y aficionado a la chatarra, a las carreras de vainas, a las apuestas y que crió a Anakin Skywalker...
 

La historia que cuentan en Star Wars es muy, muy larga y plagada de detalles, así que las posibilidades eran casi infinitas. 


El personaje presenta particularidades que lo hacen, cuando menos, curioso de modelar: vuela, tiene unas alas muy finas, trompa y lleva muy poca ropa (todo un reto). Modelarlo en pasta de azúcar no fue fácil y, de hecho, tuve que repetir en un par de ocasiones las alas y las piernas. Costó sacarlo, sobre todo teniendo en cuenta que no medía más de once centímetros, pero el resultado gustó mucho.


Como ya he comentado, tiene un negocio de chatarra (robots), así que elegimos parte del mostrador de su tienda, llena de cachivaches y trastos con lucecitas, cables, tubos... Con tantos detalles, resultó muy difícil centrarse en un diseño en concreto; de hecho, nos sobraron muchas piezas y no sabíamos cómo acabaría siendo realmente.


El otro reto que me plantearon fue el sabor: bizcocho de vainilla y crema de turrón... ¡a finales de verano! Tuve que buscar por medio Madrid para encontrar una tableta de buen turrón, pero el resultado fue magnífico (¡me dijeron que no dejaron ni las migas!). 

 
El único que sobrevivió fue Watto. Le indultaron indefinidamente. Y es que este bicho es duro de verdad...

1 comentario:

  1. Ya lo dije en su momento, pero lo ratifico: ¡Esta tarta quedó espectacular!

    ResponderEliminar